Quizas el relato autocontruido sobre sus «humildes» orígenes y el autoflagelo de «marrona» puedan servir para que algunes bobes puedan mirar con simpatía el verso de Inés «Ine» Palacios.
Politóloga tucumana, egresada de la universidad más cara de la Argentina (la Universidad Torcuato Di Tella), Palacios se hizo famosa por haber resultado beneficiada con una beca de la «Fundación Obama».
Sin ningún tipo de reconocimiento académico, solo por haber sido becaria del expresidente norteamericano y por hacer un marketing liviano para intentar engañar algunas minorías, «Ine» Palacios encontró conchabo en el gobierno de Juntos por el Cambio, y luego de trabajar durante la presidencia macrista en los gobiernos porteños y bonaerenses, terminó vendiendo su feminismo en la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, trabajando para Germán Alfaro a cambio del nombramiento de familiares y amigos, que hoy son fantasmas municipales que cobran en tiempo y forma para luego alzar las pancartas de la politóloga indigenista que entre sus notasm castiga al seno familiar que acompañó su crecimiento suburbano.
Días atrás, Ines Palacios fue acusada por el legislador Gerónimo Vargas Aignasse de producir y difundir videos con mentiras y fake news. Incluso el legislador anticipó que hará una demanda penal contra Inés Palacios, quien hoy metida de llena en la campaña alfarista usa a full sus conocimientos adquiridos en la Fundación Obama para armar narrativas berretas que el alfarismo compra para la campaña.
